En 1988 fundó El Cohete y desde junio de 2025 está en modo jubilar; hablamos, claro está, de Antonio Barral, hijo de su padre y padre de su hijo, ambos Antonios Barrales, hermano mayor y sin embargo socio en este Cohete Internacional desde que yo entrara en la nave espacial allá por 1993, o algo así.

¡Madre nuestra que estás en los cielos la de movidas que hemos vivido juntos, los cientos de miles de personas que hemos hecho más felices que a unas pascuas, y lo que hemos tenido que atravesar, porque la travesía no ha sido un camino de rosas precisamente!

Desde Los Locos, Nuberu, UHP, Tejedor y Rodrigo Cuevas pasando por Waco records, el Wapozine, los conciertos de Van Morrison o de Green Day, decenas de discos editados, miles de conciertos organizados… la trayectoria de Toño Barral ha sido la del pionero, avanzadilla audaz, la del tipo que tiene un olfato y una sensibilidad para detectar el talento y para advertir lo que llegará, envidiables.

Desde que se barruntó la fecha de su jubilación me asaltó la idea de organizarle una fiesta homenaje. A falta de un AMAS horrorífico, ninguneado en nuestra ciudad por los sucesivos gobiernos de las últimas décadas, me salía del alma, y de los huevos también, entamar una buena folixa.

La cosa se celebró ayer, 11S, que es una fecha que tiene su aquél. Pero es que el proceso para alentar la llama sorpresiva duró hasta 24h antes, cuando ya agotadas todas las vías, no me quedó otra que enviarle una misiva exhortante para que se presentase en fecha y hora a la Sala Tribeca.

La fauna que allí se convocó fue tan variopinta como inabarcables son las amistades de este hermano mío que conoce a media Carbayonia, a un cuarto de Xixón, y parte del extranjero; músicos, artistas, titiriteros, periodistas, ilustres, lustrosxs, melomanxs, collacios de toda estirpe y condición nos juntamos para celebrar en comunión la despedida laboral de Toño, de Gil, de Barral, del ahora, ya sí, Raposu de Güeñu.

Había que cerrar el círculo, y lo cerramos con amor, muchas risas y buena música: pop, rock, canción de autor, esbilla variada de temones… rememorando sin la mierda de la nostalgia pero con el todo de lo vivido, mirando adelante con ironía y actitud libertaria, con tiempo para armar de amor, reír de alegría y celebrar esta vida, que no hay otra.

Abro capítulo de agradecimientos que es amplio: a Miguelo y a Tribeca, a Enrique Patricio, a Busta y Ernesto, a los técnicos, a Itziar, a Xuan, Boni, Heredia, Bueres, Toñín, a nuestros hermanxs Juanjo y Bea, a Jerónimo Granda, a Los últimos de Filipinas, a Radio Fox y a Los Sangrientos, a Herminio Afonso (qué pena, amigo, que no pudieras estar finalmente pinchando), a Celerina, Duncan Chisholm, Julie Fowlis, Pepe Colubi, Paco Loco, y a todxs lxs que me pueda olvidar… Muchísimas gracias a todxs por vuestra generosidad.

Quedo como piloto único de El Cohete Internacional/Los días felices producciones SL. No dudes que seguiremos volando y haciendo volar por los aires la estulticia, el cutrerío, la sinrazón, la falta de criterio y de rigor. Seguiremos emocionándonos con la música y con la acción cultural, seguiremos dando lo bello y lo cuerdo, lo mejor que podamos siempre.

¡Gracias, hermano; ha sido un viaje inolvidable. Larga vida tengas!

Artículo anteriorEstreno de Inteligencia Artificial con Maxi Rodríguez y Jerónimo Granda en el Teatro Filarmónica de Oviedo
Artículo siguienteRodrigo Cuevas lleva la cultura asturiana a Nueva York de la mano de la Universidad de Oviedo